domingo, 4 de diciembre de 2011

2 de diciembre de 2011 - The Horrors

Llegada.
Todo empezó cogiendo un autobús de Cádiz hacia Madrid a las 23:25 del viernes. Llegamos a Madrid mi amiga Raquel y yo el sábado por la mañana a eso de las 7:30, cogimos el metro hasta la estación de Goya y fuimos a desayunar cerca de la sala Rock Kitchen, donde sería el concierto de The Horrors ese mismo día a las 20:00. Sabíamos de sobra la calle en la que se encontraba la sala, pero tardamos bastante en encontrarla porque el cartel que aparecía en la puerta decía “Juanchito”. La sala cambia de nombre dependiendo del tipo de evento, según el portero del edificio de al lado al que preguntamos por ella. La calle era muy cutre y estrecha, y había bastante corriente de aire. Ya la habíamos visto en el google maps, pero en directo era aún más fea. Fuimos a desayunar antes de empezar a hacer cola, compramos algo de comida para después y dejamos las maletas en el hostal. Después volvimos a la puerta de la sala y nos encontramos con tres portugueses que habían empezado a hacer cola, así que nos sentamos a su lado.
La espera.
A la media hora aproximadamente llegó un coche de policía y nos preguntó si teníamos algún tipo de droga, lo típico.
Al poco tiempo después, llegó un señor preguntando por qué estábamos ahí, no sé qué entendió, pero terminó preguntándonos si nosotros éramos The Horrors.
Sobre la 13:00 empezó a refrescar bastante, así que nos metimos en la puerta de la sala para resguardarnos un poco del viento.
Mi amiga y yo nos pusimos en una esquina pegadas a la pared, tiritando prácticamente, y ¿quién aparece de repente?, pues el señor Faris Badwan. Fue una especie de shock, nadie dijo nada, fue como si le tuvieran miedo, la verdad es que el tío imponía, pero a mí se me escapó un “¡ay!” seguido de un codazo a mi amiga, que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba ahí, a lo que Faris se giró, me miró y me respondió con un “Good morning!” (a las 14:30 de la tarde aproximadamente, sí, se acabaría de levantar) . El pobre debió de entender “hi”.
Al poco tiempo apareció Tom, con un bolso de mano super fashion, era la elegancia personificada, se paró, nos saludó, preguntó cómo estábamos y entró en la sala.
A los 10 minutos vimos a lo lejos cómo se acercaban Joe y Rhys. Cuando llegaron a nuestro lado Joe nos saludó con un “¡Hola!” y Rhys con un “Hi” algo tímido para ser él.
Por último entró Josh, sin decir ni una palabra, ni siquiera se dignó a mirarnos a los que estábamos ahí esperando, la verdad es que me decepcionó bastante.
Después de un rato más de cola, Raquel y yo teníamos que ir al cuarto de baño, así que preguntamos a uno de los técnicos que andaba subiendo y bajando cajas si podíamos entrar un momentito en los baños de la sala, a lo que nos contestó que sí. Había muchas escaleras que bajar hasta llegar a la sala en sí, y el suelo estaba muy blando, cubierto por una especie de moqueta. Abajo del todo a la derecha estaba el baño.
Las puertas eran de estas que no llegan hasta arriba, es decir, te pones de pie y se te ve la cabeza desde fuera. Justo cuando estábamos cada una dentro de uno, hablando sobre si deberíamos dejar los chaquetones en el hotel o no, apareció por la puerta el cantante de los Cerebral Ballzy, los teloneros, nos miró y se largó, fue un momento un poco surreal.
Y para colmo, cuando estábamos saliendo del baño, salía Faris a la vez que nosotras del baño de chicos, pero no nos vio y tampoco le dijimos nada, a ver si nos iba a tomar por groupies. Solo recuerdo que antes de yo identificarle, Raquel dijo algo así como "Dios mío de mi alma".
Subimos las escaleras hasta salir a la puerta y otra vez a esperar, a eso de las 17:00 volvieron a salir Josh, Joe y Rhys, que se quedaron a unos 5 metros de nosotros hablando con los teloneros.
Una hora y media después, fuimos Raquel y yo a dejar al hotel algunas cosas que no íbamos a poder meter en el concierto, como los paraguas o la comida. Cuando volvimos, unos 15 ó 20 minutos después, seguía sin haber casi nadie en la cola, solo éramos 7 personas. Pero a partir de las 19:00 empezó a llegar más y más gente, entre ella, unas cuantas que iban vestidas de sábado noche, vamos, lo más apropiado para un concierto.
El concierto.
Pasadas las 20:00, abrieron las puertas y conseguimos primera fila. Pusimos los abrigos debajo del escenario y esperamos a los teloneros. A los 2 minutos de concierto ya estábamos deseando que terminaran. No distinguíamos una canción de otra, iban hasta las cejas de yoqueséqué, la gente se volvió loca y empezó a hacer círculos por todas partes, y mientras veíamos a Josh, Joe y Tom tomándose un cubata a la izquierda del escenario mientras hablaban y esperaban a que terminasen los Cerebral Ballzy. Al cabo de unas cuantas canciones (bastante cortas, gracias a Dios) se despidieron y dejaron el escenario para que pudieran montar el de The Horrors. Fue un auténtico infierno.
Por fín empezaron a sonar las primeras notas de 'Changing the rain' con los Horrores en el escenario. Faris fue el último en salir. La siguiente canción fue 'Who can say', una de las que más cantábamos Raquel y yo de camino a Madrid, sobre todo la parte hablada del And when I told her I didn't love her anymore... she cried y lo que sigue. Después vino 'I can see through you', el último single que han sacado hasta ahora, todos nos la sabíamos. Seguidamente “la trilogía de las canciones coñazo”, o así es al menos como llamo yo a esta parte del setlist. 'Scarlet fields', 'Dive in' y 'Endless blue' una detrás de otra. Aproveché estas canciones para grabar y hacer unas cuantas fotos. Pero para compensar, llegó uno de los platos fuertes de la noche: 'Sea within a sea'. Algunos cantaban, otros habían entrado en una especie de hipnosis, se balanceaban con los ojos cerrados, todo iba bien hasta que a mitad de la canción, dejó de escucharse el teclado y la voz. Después de una pequeña reunión alrededor de la batería, decidieron volver a tocarla, pero volvió a ocurrir lo mismo exactamente en el mismo momento, por lo que Rhys nos dio a elegir entre intentar tocar otra vez esa, o 'Still life'. La mayoría optó por la segunda opción, lo cual fue una gran desilusión para muchos, entre los que me incluyo. Lo que no sabía la mayoría es que Still life YA estaba incluida en el setlist junto a Sea within a sea, Rhys se la coló al 90% de la sala sin que se dieran cuenta. Después de esta hubo un descanso de unos 3 minutos y volvieron con 'Mirror's image'. A continuación, una de las más esperadas: 'Three decades', he de decir que una de mis favoritas también. Ellos y nosotros, todos nos volvimos locos con esta canción, una de las mejores, sin duda, de su segundo disco Primary Colours. Terminaron el concierto con 'Moving further away', la cual duró casi unos 15 minutos, metieron muchísimo instrumental en las canciones, todo muy psicodélico. A destacar los bailes robóticos y todo tipo de movimientos del bajista Rhys Webb en el escenario, así como las patadas y movimientos de melena del guitarrista Joshua Hayward, y la agresividad con el micrófono del cantante Faris Badwan (que por cierto, me dio unas tres veces con el cable del micro, sin querer, supongo). He de añadir que aprovechando que le tenía justo al lado, alargué el brazo de vez en cuando para “toquetearle” un poco. Tenía que decirlo.
En cuanto terminó el concierto, nos dispusimos a salir de la sala. Mientras lo hacíamos, vimos por allí a Alaska y Mario, que también habían estado en el concierto.
Salida.
Al salír hacía un frío insportable, pero decidimos quedarnos a esperar a que salieran, a ver si con suerte nos llevábamos alguna firma. Ya habíamos visto a Tom salir antes que nosotras, pero todavía teníamos la esperanza de poder ver a los otros cuatro (otra vez, ya que les habíamos visto dos veces en la entrada).
Después de casi dos horas esperando, vimos a Rhys, nos acercamos a él y le pedimos una firma y luego una foto. Qué delgado está, Dios mío, podría rodearle con un solo brazo. Después vimos a Faris solo al lado de la pared y nos acercamos, antes de decirle nada me saludó, y le pedí una firma, me dijo que gracias por venir y yo que gracias a él. No le pedí foto, porque sé que no le gustan nada. Se despidió de mí con un “see you later”. Faris me pareció el más natural de todos. 
Luego, a unos dos metros vimos a Joe, y repetimos igual que con Rhys, firma y después foto, fue muy agradable, la verdad, cuando le pedí la foto contestó con un “Yeah! Of course!” muy sonriente. El pobre se quedó un rato con el brazo puesto esperándome y viendo cómo Raquel y yo nos “peleábamos” por algo de la cámara.

Finalmente nos despedimos de él y nos dirigimos a nuestro hotel, pero antes, nos paramos en una esquina de la calle al ver que ahí estaba su tour bus, y vimos a Joshua entrar en él. Vimos como entraron uno a uno, el último, creo recordar, fue Faris.
Y así es como empezó y terminó el sábado 2 de diciembre de 2011. Sin duda, a pesar del frío, el cansancio, los fallos técnicos y la no muy buena calidad de sonido de la sala, uno de los mejores conciertos en los que he estado, y uno de los días en que mejor me lo he pasado.


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